
En noches como ésta, la soledad quema. Pero he visto pasar entre estas cuatro paredes peores noches en donde no podía dormir, en donde las lágrimas caían solas, en donde el frío me invadía en pleno febrero, en donde sólo pensaba en desaparecer. Sé que ahora no puedo quejarme, estoy en donde quería estar exactamente hace una semana atrás, tengo la mente en paz, el cuerpo más fuerte... pero sin embargo no puedo dejar de hacerme daño. Y aquí estoy pensando otra vez en todas esas cosas que me lastiman pero que no puedo dejar ir. Imbécil.