
Dicen que la fe mueve las montañas, pero una montaña de fe mueve mucho más. Si vos crees en algo, por más que todos te digan que estás loco, no dudes, tenete fe. No hay nada peor que darse por vencido, aún cuando veas todo negro, cuando no veas la salida, cuando creas que no vale la pena seguir creyendo en eso que crees, seguí. Cerra los ojos bien fuerte y tené fe.