En la vida uno elige. Se elige con quien estar o con quien no estar. Se elige lo mejor, o por lo menos lo que parece ser lo mejor para vos. Se eligen las personas con las cuales compartir determinados momentos, chismes, palabras. Simplemente, se elige. Algunas veces que uno no está seguro de que es lo mejor, o lo que lo va a hacer alcanzar una meta: estar tranquila, en paz, sin razón para preocuparse o desconfiar. Determinados momentos en la vida nos hacen enfrentarnos con cosas que uno no creía posibles, con desiciones difícil de tomar, desiciones que cambian muchísimo la vida de uno, desiciones finales, definitivas. Pero el problema no es el enfrentamiento, sino a la hora de elegir, a la hora de decidir, y es ahí cuando aparecen las miles de dudas, cuando sentís como dicen que “estas entre la espada y la pared”, cuando eso que vas a elegir puede ser tu nada o tu infinito, puede llegar el fin o seguir, un TODO O NADA. Yo pienso, aunque no parezca, que cada uno tiene que buscar su felicidad. Tiene que chocarse con algo que le de un golpe y darse cuenta de las cosas; algo que los haga sentir liberados y no en el sentido de estar solos, sino, me refiero al sentido de libertad al estar en paz con uno mismo y con los demás también. Encontrar la felicidad es lo más difícil que hay. Olvidarse de esos momentos tan especiales para uno, también lo es. ¿Por qué? porque esos momentos ''especiales'' son denominados así, por ser inolvidables, hermosos, divertidos, especiales… La vida se te va complicando a medida que pasa más el tiempo y cuesta más llegar a la meta, al “todo” en cuestión de felicidad. Es difícil, muy, y más si se echa de menos. Yo elegí, y hoy me siento radiante. No se si es lo mejor o lo peor, pero es lo "especial" para mi y lo que verdaderamente ahora me hace feliz, pero todo cambia, hay tiempo... el tiempo es la respuesta.